CRONICA DE UNA TARDE INESPERADA

Eran las 5:15 de la mañana y la alarma no dejaba de sonar. Abrí los ojos, por décima vez para darme cuenta de la hora. Es tiempo de levantarse. Las cobijas pesaban como sanguijuelas en un río inmenso de pesadillas y de "hubieras" del subconsciente. Por fin logré de alguna manera llegar a la regadera y quitarme las piedras de los ojos. Viernes por fin, bendito viernes previo al mi último día de trabajo de la semana. Todo corrió bastante usual en el trabajo: la ignorancia frustrante de la gente que llama porque no aprende, mi somnolencia inevitable al tocar mi silla, voces a mi alrededor que poco a poco se tornan más intensas, platicas, risas, preguntas, carrilla. Las manecillas de reloj avanzan hasta las 10:25, hora de comer suciedad hecha tortilla y queso, carne y salsa. Después de sobrevivir una quesadilla y dos tacos es tiempo de regresar una hora más. La última llamada espera. Ya falta poco para salir, al final de muchos horarios y preferencias de comida, de lugares y de tiempos se dice el dictamen: saliendo. Por fin dan las doce y suenan las campanadas de mi libertad, pero sigo aquí, sigo perdiendo el tiempo, esperando. Me duele la cabeza, será porque mi cartera está vacía? Retiro del cajero y compro dos aspirinas, un mazapán y unos chicles, la suciedad aun inunda mi boca. Dan la una y ya me están esperando. Vamos en la "camioneta" los tres. Estacionamiento, ahora solo somos dos. Camino a playas, rebasando retrasados, con la adrenalina al tope. Playas, todo por un cinto y una camisa. Mis cuentas por fin están linkeadas. Nos vamos un poco tarde, por culpa de la rabiosa. Caminamos por los callejones nocturnos aunque son las 2:38pm. Llegamos y ya están todos, una gran mesa como una gran familia. "Yo quiero uno de clara, por favor". Todo comienza tranquilo: carreritas de cheve, fotos, videos, música, risas. Suenan los tarros cada dos minutos, ya todos están de pie. 1, 2, 3 shot! ese tequila sabia a ajo. Llegan las semillas de girasol. "eeeeeeees putooooooo" y comienzan las pequeñas platicas. Esto ya parece party. Hasta la patrulla llega quesque porque se le quedan viendo. Llaman a seguridad y a quien se llevan es a la seriedad. Mas música, ya no sé qué hora son. La chica de los 5 tatuajes tiene ahora muchos fans que la sacan a bailar y por fin se va la guatemalteca. Hay tráfico de cheve entre el dragón rojo. Mas risas, mas platicas, mi voz se la lleva "la nuestra es agua de rio mezclada con mar". Ya voy por el tercero de clara y cuando voy al baño mi cara de "tu vives en el lago me sigue", no importa, hoy ya va para un mes desde que no me juntaba con una cheve, así que "simón, soy yo". Mas platica, mas cura, mas compas y ya menos newbies. Todos estamos bastante "animados". Cuando menos lo esperamos el tequila enchilado hace de las suyas y la agresividad se torna color motociclista. Lo llevamos a los tacos pero sus lágrimas ya emitieron un sonido: mamá. "Mírame, todo va a estar bien, ok?". Hablo con su mamá y nos quedamos de ver en el estacionamiento del trabajo. Vamos en busca del carro del "chingón". Ahora solo vamos cinco en el carro. la agresividad esta controlada, ahora le toca a la locura manejar. La sinceridad sube a bordo, el sentimentalismo también, tal vez fue el alcohol, pero ya no importa. Odio el tráfico, y después de no se cuantas desviaciones y llamadas, llegamos al punto de encuentro: una gasolinera. La entrega es exitosa, hay una pausa para la cheve verde. "I've missed you so much, it's been so hard not talking to you this couple of weeks". El trafico sigue, las mejillas se oxidan, los ojos están mas rojos. Llegamos al lugar donde nadie se acuerda de nada. Unas piernas sobre nuestras piernas, solo somos tres. Son las 8:20 y yo y mi junta de las 7 en el seven de la siete. "quiero seguir hablando - simón, te espero-". Un seven vacío y una llamada de cancelación. Regreso, nos vamos, caminamos, hablamos solo los dos. Un peso se cae de encima, siguen más lágrimas y verdades. "It really hurt me..." y luego una lluvia de "te quiero un chingo we" combinada con "sorry" y "it's all good now". Por casualidad llegan los que estaban esperándonos en la sexta, son alrededor de las 10:00 pm y me doy cuenta que mi cabeza duele, odio pensar sin comer y con sueño. Somos cinco por un rato y luego una llamada hace que desaparezcan los cigarros y quedamos cuatro. Mi cabeza sigue punzando y la hamburguesa sabe a cartón. Nos vamos, ellos se quedan en la sexta, caminamos a la quinta en la noche, como siempre, como debía de seguir siendo. Cada quien toma su camino, caminos que seguirán entrelazándose de nuevo. Llego a mi taxi, son las 11:38. Dormitar es el término y después de un abrir de ojos estoy por mi casa. Llego a mi cama, mis ojos reclaman la luz. Me voy, al mundo de los sueños en un suspiro, se que comenzarán las pesadillas, pero tal vez también sueñe contigo.

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