Ultimamente me han dicho que tengo que madurar y la verdad creo que me la he creído. Creo que he tratado de ser alguien diferente de quien realmente soy, serio, demasiado sensible, callado y prudente. Lo peor es que me he encasillado en un molde, me he tratado de adaptar demasiado a una sociedad que tal vez no lo vale.
Hoy celebro mi inmadurez, mi forma verdadera de ser, el niño que llevo no solo adentro. Ese niño enfadoso e imprudente, que se enoja por un malentendido y al ratito ya está jugando como antes, ese niño que olvida y sonríe, que acepta a los demás sin prejuiciar y se asincera con sus amigos.
Hoy elevo mis risas al cielo y también mi felicidad, mis sonrisas y mis formas de pensar, mis dudas, mis pesamientos, mis chistes los libero a todo dar. No quiero restricciones aunque las tenga, no quiero responsabilidades, solo quiero vivir por un instante el aire moviendo mis cabellos, la lluvia mojando mis hombros, los charcos inundando mis zapatos, la tierra mojada en mis manos.
Dejo libre mis sentidos y mi espíritu vuela como nube. No tengo probelmas, no tengo dilemas, detesto las noticias y oír hablar de política. Hago mi tarea y salgo a jugar, no me preocupo por amar, solo quiero tener amigos con quien platicar.
Travesuras y bromas hacen su efecto, mi quijada ya duele de tanto reír, de tanto decir ya no puedo, pero no paro de sonreír.
Verle la cara a mi amiga encerrada, pidiendome salir, pero ella misma tiene las llaves, y yo atacado de la risa una palabra no puedo decir. Cosquillas y forcejeos como cuando teníamos nueve años, sin importar que tanto ya no nos veamos, solo jugamos como antes, sin importar que algún día fuimos amantes. Caemos al frio suelo y abrazados miramos las estrellas, hablamos y hablamos y hablamos, los celulares siguen sonando.
La noche perfecta para reír, para dejar ser la edad que soy, para romper piñatas y satar en brincolines hechos de nuves, de comer nieve y chorrerar la camisa blanca, de arrastrarse por los dulces mientras llueven a catararatas.
Hoy fui niño de nuevo, ayer fui niño en todos los sentidos, mañana seguiré siendo niño sin preocupaciones, sin amores, con amigos, sin temores.
Hoy celebro mi inmadurez, mi forma verdadera de ser, el niño que llevo no solo adentro. Ese niño enfadoso e imprudente, que se enoja por un malentendido y al ratito ya está jugando como antes, ese niño que olvida y sonríe, que acepta a los demás sin prejuiciar y se asincera con sus amigos.
Hoy elevo mis risas al cielo y también mi felicidad, mis sonrisas y mis formas de pensar, mis dudas, mis pesamientos, mis chistes los libero a todo dar. No quiero restricciones aunque las tenga, no quiero responsabilidades, solo quiero vivir por un instante el aire moviendo mis cabellos, la lluvia mojando mis hombros, los charcos inundando mis zapatos, la tierra mojada en mis manos.
Dejo libre mis sentidos y mi espíritu vuela como nube. No tengo probelmas, no tengo dilemas, detesto las noticias y oír hablar de política. Hago mi tarea y salgo a jugar, no me preocupo por amar, solo quiero tener amigos con quien platicar.
Travesuras y bromas hacen su efecto, mi quijada ya duele de tanto reír, de tanto decir ya no puedo, pero no paro de sonreír.
Verle la cara a mi amiga encerrada, pidiendome salir, pero ella misma tiene las llaves, y yo atacado de la risa una palabra no puedo decir. Cosquillas y forcejeos como cuando teníamos nueve años, sin importar que tanto ya no nos veamos, solo jugamos como antes, sin importar que algún día fuimos amantes. Caemos al frio suelo y abrazados miramos las estrellas, hablamos y hablamos y hablamos, los celulares siguen sonando.
La noche perfecta para reír, para dejar ser la edad que soy, para romper piñatas y satar en brincolines hechos de nuves, de comer nieve y chorrerar la camisa blanca, de arrastrarse por los dulces mientras llueven a catararatas.
Hoy fui niño de nuevo, ayer fui niño en todos los sentidos, mañana seguiré siendo niño sin preocupaciones, sin amores, con amigos, sin temores.
Comentarios